de las condiciones, todo tendía a crear una expectativa ardiente y solemne que iba aumentando a la medida que se acercaba el día señalado. 16. al tercer día cuando vino la mañana, que vinieron truenos y relámpagos, etc.—El descenso de Dios fué señalado por todo lo que puede concebir la imaginación, relacionado con las ideas de grandeza y reverencia. Pero todo estaba en armonía con la ley que estaba por ser proclamada. Como la montaña ardía en llamas, Dios se exhibía como fuego consumidor a los transgresores
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